DESDE pequeña, la salvadoreña Carolina Folgueiras supo que se dedicaría a los negocios. Su madre, a quien describe como “una mujer muy trabajadora”, que le dio las herramientas necesarias para convertirse en la mujer que es hoy, tuvo diversas tiendas a lo largo de su vida. Por ello, Folgueiras aprendió los gajes del oficio a temprana edad y, hoy por hoy, también se ha encargado de traspasar estas enseñanzas a sus hijos. Durante su infancia, vivió en Guatemala, donde su progenitora tenía una tienda llamada El Baratero y, tras su regreso a El Salvador, continuó incursionando en el rubro del retail con otros negocios como Super 10 y 15.