| Análisis | 
| China observa con interés los cambios en Cuba | |
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 4 de septiembre de 2025. El vicepresidente chino, Han Zheng, y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, develan el sobre conmemorativo del 65.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Cuba, en Beijing. EN los años 60 del siglo XX, aparecieron en China muchos textos de apoyo a la Revolución cubana. A finales de esta década, cuando se enfriaron las relaciones entre ambas naciones, se redujeron los estudios sobre Cuba. Tras los drásticos cambios en la URSS y Europa oriental, chinos de todas las condiciones sociales se interesaron por el único país socialista del hemisferio occidental. En las aulas y centros de investigación de China, Cuba dejó de ser un tema periférico para convertirse en un campo de estudio en expansión. Hoy, la actualización del modelo socialista cubano funciona como el eje que explica la nueva ola de investigaciones traducidas y producidas en China sobre la isla caribeña. Los estudiosos abordan el proceso de actualización del modelo socialista cubano por etapas y, en general, coinciden en que el VI Congreso Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC en 2010) marcó su inicio. Para los estudiosos chinos, los siguientes congresos, en 2016 y 2021 respectivamente, trazaron una continuidad en etapas adicionales de un proceso que busca reformular instituciones, normas y prácticas públicas con un propósito claro: preservar la soberanía y la esencia socialista de Cuba sin dejar de lado los desafíos prácticos que han ido surgiendo en las últimas décadas. La hoja de ruta de la actualización En la literatura académica china hay consenso en que la actualización abarca un abanico amplio de cambios: desde ajustes conceptuales hasta transformaciones legales, institucionales y administrativas. Los estudiosos chinos la describen como un avance importante que rompe con la rigidez de un sistema de planificación heredado y que intenta incorporar mecanismos que mejoren la eficiencia sin sacrificar la equidad. Los especialistas distinguen, sin embargo, entre la ambición del proyecto y la velocidad con que se despliega. Distintos trabajos apuntan que la actualización no está siendo sinónimo de una privatización masiva, ya que sigue en pie la primacía de la propiedad social de los medios básicos de producción y se está apostando por una combinación de planificación y mecanismos de mercado que busquen eficiencia y equidad. Esa ambición, no obstante, se encuentra frente a problemas estructurales como el envejecimiento de la población, una base económica débil o el prolongado bloqueo de Estados Unidos. Aunque Cuba enfrenta, entre otros, los problemas y desafíos señalados, los académicos chinos, en su mayoría, se mantienen optimistas con respecto a las perspectivas de desarrollo de la actualización y consideran, en general, que a esta le espera un futuro brillante. Concluyen que bajo el sólido liderazgo del PCC, los cubanos aprovecharán la superioridad del socialismo y harán de Cuba un país socialista próspero y fuerte. 
 1 de agosto de 2025. Ruvislei González, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), pronuncia un discurso en la presentación de la revista cubana Cuadernos de Nuestra América, en La Habana, capital de Cuba. 
 1 de mayo de 2025. Personas asisten al desfile del Día Internacional de los Trabajadores, en la Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. Fotos de Xinhua Reformas políticas: nueva Constitución y cambio en el gobierno La nueva Constitución aprobada en 2019 constituye la médula de los cambios políticos. En este sentido, ciertos académicos chinos destacan cambios institucionales que, a su juicio, apuntan a una modernización del Estado: redefinición racional de estructuras, mejora de procesos decisorios y una intención explícita de separar funciones legislativas y administrativas. Se trata de una serie de medidas que buscan, por un lado, priorizar la estabilidad frente a la diversificación provincial de cargos y, por otro, separar a las empresas privadas del sector estatal. La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) ha sido objeto de reformas internas, incluidas modificaciones en su funcionamiento y en la estructura provincial y municipal de cara a establecerse como órgano supremo del poder estatal en términos institucionales para lograr una gobernanza más racional y eficaz. Las enmiendas constitucionales cubanas han concentrado gran atención. Wu Hongying, decana del Instituto de Estudios Internacionales y Regionales de la Universidad de Hubei, por su parte, señala tres disposiciones que fueron especialmente significativas: el reconocimiento, por primera vez, del papel del mercado y de la propiedad privada, la regulación de la elección presidencial cada cinco años y la reinstauración del cargo de primer ministro. He Qin, investigadora de la Academia China de Ciencias Sociales, resume los cambios en dos palabras: “adherencia” y ‘”actualización”: la primera, en el sentido de la adscripción a los valores del sistema socialista como garantía de soberanía e independencia; la segunda, en relación a los esfuerzos por modernizar el sistema en aras de lograr un desarrollo sostenible pleno. Xu Yicong, exembajador de China en Cuba, explicó que la nueva Constitución “no solo preserva los logros de la Revolución cubana en los últimos sesenta años, sino que también introduce nuevos contenidos que se ajustan al desarrollo de la época y establecen un vínculo singular entre el pasado y el futuro”. Los estudiosos coinciden en que la nueva Constitución cubana fomenta la modernización de su sistema nacional de gobierno. Economía: diversificación, moneda y Mariel En el terreno económico, la actualización se ha venido traduciendo en medidas concretas que incluyen el reconocimiento y estímulo de la economía privada, la expansión del trabajo por cuenta propia, la apertura y diversificación del comercio exterior, así como la creación de espacios como la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Song Xiaoping, investigador del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales, analizó el contenido económico, enfocándose en la adherencia a la propiedad social de los medios básicos de producción, el mantenimiento de la economía planificada, la evasión de la concentración y rigidez excesivas del sistema, el reconocimiento y estimulación de formas económicas no estatales, así como la definición de sus limitaciones. Xu Shicheng, destacado académico y miembro honorario de la Academia China de Ciencias Sociales, se centra en medidas como el arrendamiento de tierras a cooperativas e individuos, la formulación de nuevas leyes de inversión extranjera y el impulso a cooperativas no agropecuarias. La reforma monetaria, acentuada por la pandemia de COVID-19, es otro foco de interés para los académicos chinos: la unificación de la moneda y de la tasa de cambio fue vista por Zhang Xinyu, Investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Sun Yat-sen, como una premisa necesaria para ajustar estructuras económicas, facilitar el comercio y elevar los ingresos de la población. Sin embargo, advierte que no está desprovista de riesgos como la inflación, desequilibrios distributivos y la escasez de capital extranjero. Otros expertos ponen el foco en la evolución de la política cubana de comercio exterior, que transitó de una estrategia basada en un solo producto primario tradicional exportable, a una combinación orgánica de exportación de múltiples productos y sustitución de importaciones. En base a las condiciones materiales y biofísicas de la isla, también hay otros estudiosos chinos que señalaron que Cuba tenía una rica experiencia en el sostenimiento y la práctica de un sistema económico ecológico, el empleo activo de energías renovables, la adopción de medidas positivas en cuanto a la vida de los ciudadanos, la formulación de estrategias de desarrollo integral y la implementación de mecanismos de pago por servicios ecológicos. Ciertos expertos chinos destacaron que el hecho de que algunos cuadros siguiesen aferrados a un concepto desactualizado de socialismo, en lugar de prestar atención a las nuevas ideas o experiencias socialistas de otros países, era la principal razón subjetiva de la contracción de la economía cubana, haciendo énfasis en la necesidad de estudio sobre la importante función del mercado en economías socialistas. La mayor parte de los estudiosos coincidieron en que la reforma económica debería basarse en sus condiciones internas, a la vez que aprende y se inspira en las experiencias de desarrollo sostenible de otros países. La diplomacia de la salud y la construcción social Más allá de la economía, China mira con atención la construcción social de Cuba. La medicina y la diplomacia de la salud son vistas como uno de los principales logros del país caribeño. Investigadores subrayan un sistema de atención integral de tres niveles, que combina investigación y producción farmacéutica, formación de alto nivel y políticas públicas que priorizan el acceso universal. La experiencia cubana en la movilización de brigadas sanitarias para emergencias internacionales —como el brote de ébola en África occidental— aparece como un modelo inspirador para la agenda sanitaria internacional y un antecedente que China ha estudiado en su propio despliegue de diplomacia médica. La educación y la “guerra ideológica”, que formaron parte de la agenda revolucionaria de Cuba, siguen siendo objeto de análisis por su papel en la promoción de la equidad. Autores como Dong Weihua y Zeng Changqiu describen proyectos educativos orientados a formar una conciencia colectiva que favorezca la cohesión social y la legitimidad del proyecto socialista. En la práctica, Cuba ha conseguido altos niveles de acceso universal a la educación y menores brechas entre áreas urbanas y rurales, un logro que la investigación china considera esencial para entender la resiliencia social del país. La seguridad social es otro pilar que ha sido analizado al estar basado en un sistema garantizado universalmente por el Estado que procura asegurar condiciones de vida básicas para todos, independientemente de su estrato social. Esa cobertura es valorada por los expertos chinos como prueba de la prevalencia de objetivos de equidad en el diseño del Estado cubano. *Wang Chengjiu es profesor de la Facultad de Marxismo de la Universidad de Guangxi, China; Feng Yanping es estudiante de doctorado de la Facultad de Marxismo de la Universidad de Guangxi, China; Mao Xianglin es profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales.  | 
      
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