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18 de julio de 2025. Participantes del programa Jóvenes Embajadores de Estados Unidos en Xiamen se toman una foto grupal en el Sendero de las Montañas al Mar en Xiamen, provincia de Fujian. 18 de julio de 2025. Jóvenes de China y Estados Unidos plantan un árbol de la amistad en el Parque del Humedal de Wuyuanwan en Xiamen. Fotos de Li Wenhan Siempre supe que China era un gran país, pero luego de este viaje, realmente me siento como en casa. Quiero decirle a mi familia que tienen que venir y experimentar esta cultura y diversidad por sí mismos”, comentó Nyiobhe Anxe Reyes, un estudiante de Bard High School Early College, de la ciudad de Baltimore, Estados Unidos, durante su visita a Xiamen, una ciudad costera en la provincia suroriental de Fujian. Entre el 17 y el 22 de julio, el programa “U.S. Youth Ambassadors in Xiamen (Jóvenes Embajadores de Estados Unidos en Xiamen)” atrajo a 27 estudiantes y maestros de Baltimore, Maryland, y del distrito de Orange, California, para un intercambio cultural de inmersión y de amistad. “Este intercambio nos dio una oportunidad real para entendernos mutuamente. Creo que esta amistad continuará y espero que todos los que visiten China o Estados Unidos en el futuro puedan sentir los fuertes lazos que hemos construido”, dijo Reyes al semanario Beijing Review. Xiamen alberga una de las primeras cuatro zonas económicas especiales de China, establecidas a principios de la década de 1980. Conocida como una ventana de la apertura del país, ha estado a la vanguardia de la búsqueda de un desarrollo de alta calidad en todos los aspectos. Armonía e integración En la mañana del 19 de julio, jóvenes estadounidenses y chinos visitaron el Parque del Humedal de Wuyuanwan (bahía de Wuyuan), conocido como el “pulmón verde” de Xiamen. Allí, los estudiantes participaron en un “aula de la naturaleza” centrada en los esfuerzos de la ciudad por armonizar la actividad humana con la naturaleza, en particular a través de su iniciativa de conservación de aves de humedal. La transformación de la ciudad, especialmente la revitalización de la bahía de Wuyuan y el lago Yundang desde mediados de la década de 1980, destacó como un ejemplo notable de restauración ecológica y planificación urbana. Una vez contaminada y descuidada, la bahía de Wuyuan ha sido rehabilitada hasta convertirse en el “salón de visitas” emblemático de Xiamen, mientras que el lago Yundang ahora presume de aguas limpias y fauna silvestre en expansión. Desde 2002, Xiamen ha llevado a cabo una sucesión de proyectos de renovación y desarrollo en cinco zonas costeras: Haicang, Wuyuan, Xinglin, Tong’an y Maluan. Mediante la apertura de diques, la restauración de costas de manglares y la revitalización de playas, la ciudad ha creado un entorno habitable y agradable alrededor de sus bahías. “Lo que más me ha impresionado sin duda es la vida silvestre. Aprender que aquí hay más de 500 especies diferentes de animales o aves es realmente impactante”, señaló Janelli Moriah Gonzalez, estudiante de Bard High School Early College (Baltimore). Aaron Israel Nava, estudiante de Orange County Music & Dance, calificó la experiencia como “genial y única”. “En cuanto a la naturaleza aquí, hay mucha más vegetación, y se ven muchos más árboles de los que estoy acostumbrado a ver en California. Siento que China ha abrazado más la naturaleza que Estados Unidos, pues se han plantado arbustos y árboles a los lados de muchas de las autopistas y calles”, manifestó. Como parte de la visita, los jóvenes también plantaron “árboles de la amistad” y los firmaron con sus nombres. “Plantar árboles aquí me pareció un acto muy significativo porque nos dio la oportunidad de explorar más la comunidad china y también de dejar nuestras raíces”, expresó Reyes. Chelsea Nakabayashi, profesora de Bard High School Early College (Baltimore), dijo que, a pesar del calor y la humedad en Xiamen, donde ese día la temperatura alcanzó los 340 C, los jóvenes estadounidenses se pusieron manos a la obra de inmediato, apreciando de corazón la oportunidad de participar de forma activa. “He oído decir que plantar un árbol es como plantar una vida”, comentó Nakabayashi. “Creo que compartimos una idea similar con China: una idea de crecimiento, continuidad y esperanza, incluso en tiempos difíciles”, agregó. Nakabayashi comenzó a estudiar chino mandarín en la escuela secundaria y visitó China por primera vez en los años ochenta. Más adelante, obtuvo un doctorado en la Universidad Normal de Beijing y se convirtió en una educadora dedicada. Al reflexionar sobre su trayectoria, subrayó la importancia de establecer vínculos tempranos para forjar relaciones duraderas en el futuro. “Es emotivo saber que algo que hemos plantado aquí seguirá creciendo incluso después de regresar a Estados Unidos. Es un lazo duradero, algo que siempre compartiremos con nuestros amigos chinos. A medida que el árbol crezca, espero que nuestra amistad también lo haga”, avizoró Gonzalez. Historia y cultura En 1985, el entonces alcalde de Baltimore, William Donald Schaefer, encabezó una delegación de 21 personas a Xiamen para establecer una relación de ciudades hermanas. Un año más tarde, el entonces alcalde de Xiamen, Zou Erjun, devolvió la visita. Desde entonces, ambas ciudades han llevado a cabo numerosos intercambios y proyectos conjuntos, fortaleciendo su vínculo a lo largo de generaciones. “Este esfuerzo por el intercambio entre pueblos ha sido continuo”, afirmó Nakabayashi. “Aunque a veces se ha ralentizado, siempre ha vuelto. Esa es la única constante en nuestra relación entre Estados Unidos y China”, añadió. “Dado el estado actual de nuestras relaciones, muchos padres estaban preocupados de enviar a sus hijos a China, especialmente por las percepciones creadas por ciertos medios de comunicación. Sin embargo, los estudiantes que ya habían estado aquí se han convertido en fuertes defensores del programa. Ellos les dicen a sus amigos que está bien, que deberían ir y que les encantará. Creo que esa es la forma en que mantenemos viva la relación. A través de ellos, sin importar lo que ocurra, realmente podemos cambiar el rumbo de las relaciones entre nuestros países”, añadió. Este sentimiento se hizo tangible durante el programa. Para muchos de los participantes estadounidenses, la experiencia fue transformadora. A lo largo del programa, los jóvenes se sumergieron en la rica herencia cultural de Xiamen. Por otra parte, recorrieron tiendas centenarias y probaron bocadillos tradicionales en la calle Zhongshan. En el Museo del Incienso de Xiamen, aprendieron sobre el arte del incienso chino guiados por un artesano. En el Museo del Arte de Títeres Hongyanzhuang, quedaron fascinados con una presentación tradicional de títeres de guante, o mu’ouxi. Incluso, pintaron sus propios títeres, en una hermosa combinación de tradición, creatividad y amistad. El teatro de títeres de guante es una forma de teatro de marionetas que utiliza figuras de madera vestidas con trajes tradicionales chinos. El titiritero usa sus manos y dedos para dar vida a una actuación cautivadora. “El mundo mágico y deslumbrante del teatro de títeres de guante me atrapó por completo en la cultura china”, expresó Verena Lo, estudiante de Orange County Music & Dance. “Aunque nuestras culturas son diferentes, pudimos experimentar y crear arte junto con nuestros amigos chinos”, añadió. Wendy Castille, profesora de Orange County Music & Dance, describió el viaje a Xiamen como “una experiencia de conexión profunda”. “Nuestra visita a la ciudad ha mostrado a los estudiantes la calidez, generosidad y amabilidad del pueblo de Xiamen”, comentó. “Es maravilloso ver a jóvenes estadounidenses y chinos recorrer juntos este camino, explorando culturas distintas y forjando amistades genuinas”, agregó. “Nuestros antecesores en Estados Unidos establecieron un vínculo con sus contemporáneos de Xiamen hace 40 años. Ellos tuvieron una visión para nosotros”, señaló Nakabayashi. “Espero que esto inspire a nuestra juventud a asumir la responsabilidad y continuar con ese legado”, concluyó. |
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