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De Chancay a Shanghai | |
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14 de noviembre de 2024. La presidenta peruana, Dina Boluarte, ofrece una gran ceremonia de bienvenida al presidente chino, Xi Jinping, en Lima.
14 de noviembre de 2024. El presidente chino, Xi Jinping, y su homóloga peruana, Dina Boluarte, asisten de forma virtual a la ceremonia de inauguración del megapuerto de Chancay. 16 de noviembre de 2024. El presidente de China, Xi Jinping, pronuncia un discurso titulado “Asumir juntos las responsabilidades de nuestro tiempo y promover juntos el desarrollo de Asia-Pacífico”, en la 31.ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de APEC en Lima, Perú. Fotos de Xinhua EN los últimos años, la importancia que China tiene para Perú se ha incrementado notablemente, y esto se reflejó también en el sumo interés que despertó la reciente visita del presidente chino, Xi Jinping. En la víspera de su arribo a Lima, un artículo de Xi publicado en el diario El Peruano suscitó numerosos comentarios positivos no solo por sus menciones al pensador peruano José Carlos Mariátegui, a las antiguas civilizaciones andinas o a las salineras de Maras en Cusco, sino también por considerar al megapuerto de Chancay –construido mayoritariamente con capitales chinos– como el punto de partida del “gran camino inca de la nueva era”. Una esperada presencia Sin duda, la inauguración del megapuerto de Chancay –ubicado a unos 80 km al norte de Lima– hizo que la presencia de Xi fuera muy esperada en Perú, donde no hubo medio de comunicación que no se refiriera o analizara el alto nivel que han alcanzado las relaciones entre ambos países. De hecho, el Gobierno peruano espera que este megapuerto convierta a dicho país en “el Singapur de América Latina”, como lo manifestó el propio ministro de Transportes y Comunicaciones de Perú, Raúl Pérez Reyes. El presidente Xi aterrizó en Lima el 14 de noviembre. Lo hizo en el Grupo Aéreo Número 8, donde fue recibido por el primer ministro peruano, Gustavo Adrianzén, y donde un estudiante local le dio la bienvenida en chino. Se trataba de la segunda visita de Estado que Xi hacía a Perú, tras aquella que realizó en 2016, cuando también participó en la Reunión de Líderes Económicos del Foro de APEC. Posteriormente, Xi se dirigió al Palacio de Gobierno en Lima, donde lo esperaba la presidenta peruana, Dina Boluarte, para participar en la ceremonia de inauguración por videoconferencia del megapuerto de Chancay. Ambos dirigentes no se veían personalmente desde junio de este año, cuando Boluarte realizó una visita oficial a China que incluyó Hong Kong, Shenzhen, Shanghai y Beijing. “El puerto de Chancay consolidará fuertemente la posición de Perú como una puerta que conecta tierra y mar, Asia y América Latina”, manifestó Xi, quien agregó que Chancay no solo será un buen puerto de aguas profundas, sino también el primer puerto inteligente y ecológico de Sudamérica. “Naveguemos hombro a hombro para abrazar el mundo y avanzar hacia un mañana más hermoso”, mencionó el jefe de Estado chino al finalizar sus palabras. Por su parte, la presidenta Boluarte aseguró que el megapuerto potenciará la competitividad peruana, contribuirá significativamente a su crecimiento económico y consolidará al país como un centro logístico, tecnológico e industrial de clase mundial en la región de Asia-Pacífico. De hecho, se estima que el impacto directo de la obra en el crecimiento económico peruano oscile entre el 4 % y el 6 %. Una vez culminada la primera fase del proyecto, el megapuerto de Chancay reducirá el tiempo de transporte marítimo desde Perú hasta China a 23 días, lo que, a su vez, disminuirá los costos logísticos en al menos un 20 %. Más aún, se espera que el megapuerto signifique 4500 millones de dólares en ingresos anuales para Perú y genere más de 8000 puestos de trabajo directos. “Chancay convertirá a Perú en el hub regional de comercio marítimo hacia Asia, que representa más del 40 % del intercambio comercial peruano con el mundo”, destacó Mario de las Casas, gerente de relaciones institucionales de Cosco Shipping Ports, la firma china que viene llevando adelante el proyecto. La posibilidad de que Perú se consolide como punto de conexión entre Sudamérica y Asia ha hecho que la frase “De Chancay a Shanghai” esté en boca de todos. Un TLC optimizado Más allá de lo de Chancay, la visita de Xi Jinping a Perú trajo consigo otro fruto que reafirma el buen puerto al que han llegado los vínculos entre ambos países. Tanto Xi como Boluarte presenciaron la firma del protocolo de optimización del tratado de libre comercio (TLC), la cual fue realizada por el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, y la ministra peruana de Comercio Exterior y Turismo, Úrsula León. Sobre la base del TLC original firmado en 2009, la actualización del acuerdo comercial busca optimizar las disposiciones en áreas como las de reglas de origen, procedimientos aduaneros y facilitación del comercio, derechos de propiedad intelectual y comercio de servicios. Del mismo modo, introduce cinco nuevas medidas en materia de normas y evaluación del cumplimiento, política de competencia, comercio electrónico, cadenas de suministro globales, y medio ambiente y comercio. La firma del protocolo de optimización del TLC se dio como parte de una declaración conjunta de ambos Gobiernos en cuanto a la profundización de su asociación estratégica integral. Según esta declaración, China y Perú expresaron su disposición de incorporar a la cooperación bilateral proyectos en áreas emergentes como la economía circular, la agricultura sostenible, las cadenas industriales y de suministro, y la inversión en economía digital y en desarrollo verde. Asimismo, dieron la bienvenida al establecimiento de lazos aéreos con código compartido entre China y Perú por parte de una aerolínea china, con lo que se espera incentivar el mercado a favor de una conexión aérea directa entre ambos países. La mayor cercanía entre chinos y peruanos no se entendería sin el avance que ha tenido el comercio bilateral. Por ello es que la optimización del TLC era también una noticia que se aguardaba con expectativa. Cabe resaltar que días atrás, en una entrevista con la agencia Reuters, el ministro peruano de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, había declarado que la actualización del acuerdo comercial iba a permitir elevar en al menos un 50 % el intercambio comercial entre China y Perú. Las cifras no engañan. China es, desde hace diez años, el principal socio comercial de Perú, y es también su primer mercado de exportación y su mayor fuente de bienes importados. Entre 2016 –el año en el que Xi Jinping viajó por primera vez a tierras peruanas– y 2023, el comercio bilateral creció a una tasa anual promedio del 14,6 %, según estadísticas de la Administración General de Aduanas de China. Más aún, en 2023, el volumen del comercio entre los dos países alcanzó los 37.691 millones de dólares, mientras que en los primeros diez meses de este año, la cifra ha llegado ya a unos 35.000 millones de dólares. A todo esto hay que sumar la suscripción el 15 de noviembre del acuerdo de libre comercio entre Perú y la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong de China, en una ceremonia que contó con la presencia de la presidenta Boluarte y del jefe ejecutivo de la RAE de Hong Kong, John Lee. Se espera que este acuerdo contribuya a que el sector empresarial peruano pueda no solo establecerse en Hong Kong, sino también asociarse con empresas hongkonesas para realizar negocios en la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao. Cabe detallar que el 92 % de las exportaciones peruanas a Hong Kong son exportaciones no tradicionales, especialmente del sector agropecuario, como uvas, arándanos y paltas (aguacates). Precisamente, un ejemplo del buen estado de las exportaciones peruanas no tradicionales a China pudo verse en septiembre de este año, cuando el primer lote de 11,7 toneladas de arándanos peruanos llegó al puerto chino de Tianjin. Esto fue un hito histórico, ya que era la primera vez que arándanos importados de Sudamérica desembarcaban en un puerto del norte de China. Defensa del multilateralismo El 16 de noviembre, el presidente Xi Jinping tomó parte en la 31.ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en una participación que era muy esperada debido a la incertidumbre que experimenta hoy la economía global ante la posibilidad de que los vientos proteccionistas cobren mayor fuerza. En ese sentido, Xi propuso la estructuración de una cooperación en la región de Asia-Pacífico que sea abierta e interconectada, por lo que instó a derrumbar los muros que impidan la circulación del comercio, la inversión, la tecnología y los servicios. “Debemos persistir en el multilateralismo y seguir el rumbo general de la economía abierta”, mencionó Xi, quien anunció que China lanzará la Iniciativa Global de Cooperación para el Flujo Transfronterizo de Datos, la cual buscará profundizar la colaboración con las distintas partes para propiciar un flujo transfronterizo de datos que sea eficiente, conveniente y seguro. En los primeros diez meses de 2024, el comercio de China con las otras economías de APEC alcanzó un récord de 21,27 billones de yuanes (unos 2,95 billones de dólares), lo que representó un aumento interanual del 5,7 %. Asimismo, China, quien se unió oficialmente al foro multilateral en 1991, se ha convertido ya en el mayor socio comercial de 13 economías de APEC y contribuye en un 64,2 % al crecimiento económico de la región. La estadía de Xi en tierras peruanas concluyó con el anuncio de que China acogerá en 2026 la Reunión de Líderes Económicos del Foro de APEC. Será la tercera vez que el país asiático organice esta cita de alto nivel, tras haberlo hecho en 2001 y 2014. En un discurso dirigido a la Cumbre de Directores Ejecutivos de APEC 2024, Xi recordó que toda Asia-Pacífico está profundamente entrelazada en el tejido de la globalización económica. “El intento por bloquear la cooperación económica con todo tipo de pretextos y por romper la interdependencia del mundo no es más que un retroceso”, puntualizó. |
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