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El Sur Global se hizo sentir en Río | |
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18 de noviembre de 2024. El presidente chino, Xi Jinping, pronuncia un discurso titulado “Construir de la mano de un sistema de gobernanza global justo y razonable”, durante la II Sesión de la 19.ª Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro, Brasil. 18 de noviembre de 2024. Xi Jinping, junto con otros dirigentes participantes en la 19.ª Cumbre de Líderes del G20, asiste al lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza en Río de Janeiro. 20 de noviembre de 2024. El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, firman y emiten una declaración sobre construir conjuntamente la comunidad de futuro compartido China-Brasil para un mundo más justo y un planeta más sostenible, en Brasilia. Fotos de Xinhua DOS tercios de la población del planeta, casi el 90 % del PIB mundial y el 80 % del comercio global. Estas son las cifras de los países que conforman el Grupo de los 20 (G20), cuya cumbre acaba de realizarse en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Por ello, espacios como el del G20 son cruciales en la deliberación de los temas que afectan a miles de millones de vidas en el mundo, y que hoy van desde el hambre y la inestabilidad económica hasta el cambio climático. Contra el hambre y la pobreza El 17 de noviembre, horas antes de llegar a Río de Janeiro, un artículo del presidente chino, Xi Jinping, en el diario Folha de S. Paulo daba luces sobre la primera posición que la delegación china iba a expresar ante el G20: su apoyo a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Se trata de una iniciativa planteada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un asunto que tiene una particular relevancia en China, país que en febrero de 2021 declaró la eliminación de la pobreza absoluta tras haber hecho realidad la salida de la miseria de 800 millones de personas. Fue así como el lunes 18 empezó la 19.ª Cumbre de Líderes del G20, en una sesión en la que fue lanzada la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, con la adhesión de más de 80 países y de todos los miembros del G20. Sus objetivos no son menores: alcanzar la erradicación del hambre y la miseria para 2030, reducir las desigualdades y contribuir a revitalizar las asociaciones globales para el desarrollo sostenible. La lucha contra la pobreza es un objetivo en el que China y Brasil, al ser los países en vías de desarrollo más grandes de los hemisferios oriental y occidental, tienen mucho que aportar. Durante su participación en la I Sesión de la 19.ª Cumbre de Líderes del G20, el presidente Xi Jinping se refirió a la necesidad de construir un mundo justo de desarrollo común, por lo que –apuntó– es importante canalizar más recursos a áreas como el comercio, la inversión y la cooperación para el desarrollo. “Debería haber más puentes de cooperación y menos pequeños patios con vallas altas”, mencionó el jefe de Estado chino, quien reiteró la necesidad de apoyar a los países en desarrollo a adoptar modos sostenibles de producción y vida, y a responder adecuadamente a desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación ambiental. Precisamente, en referencia al respaldo que se les debe dar a los países en desarrollo, cabe resaltar que la cumbre de este año marcó la primera reunión de líderes del G20 desde la inclusión de la Unión Africana (UA) como miembro de pleno derecho, un resultado que se dio tras el apoyo liderado por China en la cumbre del G20 que se celebró en Bali, Indonesia, en 2022. La presencia de la UA refuerza la voz de un Sur Global que espera también ser escuchado. En su intervención, el presidente Xi anunció las ocho acciones de China para apoyar el desarrollo global. Estas consisten en promover la Iniciativa de la Franja y la Ruta, implementar la Iniciativa para el Desarrollo Global, apoyar el desarrollo de África, respaldar la cooperación en reducción de la pobreza y seguridad alimentaria, apoyar al G20 en una cooperación práctica en beneficio del Sur Global, implementar el Plan de Acción Anticorrupción del G20, mejorar los regímenes y mecanismos de apertura al exterior de alto nivel, y una última muy interesante: el apoyo, junto con Brasil, Sudáfrica y la Unión Africana, a la propuesta de la Iniciativa sobre Cooperación Internacional en Ciencia Abierta, la cual ayudaría al Sur Global a beneficiarse más de los avances en ciencia, tecnología e innovación. “Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”, remarcó Xi, en una sesión encabezada por el presidente Lula da Silva. Gobernanza justa y razonable Ese mismo día, ya en la II Sesión de la cumbre, se trató un asunto prioritario en la agenda del G20 en Brasil: la reforma de las instituciones multilaterales y de un sistema de gobernanza global que sea justo y razonable. Al respecto, Xi planteó cinco puntos en los que enfatizó la necesidad de construir una economía mundial caracterizada por la cooperación, la estabilidad, la apertura, la innovación y que sea amigable con el medio ambiente. El discurso de Xi subrayó este último aspecto al instar a todas las partes a seguir el enfoque de “eliminar lo viejo después de haber establecido lo nuevo”, sustituir estable y ordenadamente las energías tradicionales por las limpias, y acelerar la transición hacia un desarrollo verde y bajo en carbono. Para ello, recalcó que era importante implementar el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. La atención de los líderes estuvo también puesta en la seguridad global, un tema que –recordó Xi– es parte integrante de la gobernanza global. En ese sentido, el mandatario chino reiteró que es importante buscar una solución política a la crisis de Ucrania y poner fin al conflicto de Gaza. “China no quiere ver que la crisis (de Ucrania) se propague ni que el conflicto escale”, mencionó Xi al reunirse con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, al margen de la cumbre del G20. Cabe resaltar que en mayo de este año, tanto China como Brasil presentaron conjuntamente un consenso de seis puntos sobre la solución política a la crisis de Ucrania, el cual ha recibido ya el respaldo de más de 110 países. Tras las deliberaciones de rigor, se suscribió la Declaración de Líderes de Río de Janeiro –dada a conocer el martes 19–, en la cual los dirigentes del G20 reafirmaron su compromiso con el multilateralismo y se comprometieron a reformar el sistema de gobernanza global. China y Brasil refuerzan lazos El 19 de noviembre por la tarde, el presidente Xi llegó a Brasilia, donde fue recibido con vibrantes ritmos de tambores por la banda local Batalá, integrada únicamente por mujeres. El miércoles 20 por la mañana, Xi se dirigió al Palacio de la Alvorada, la residencia oficial del presidente de Brasil, donde lo esperaban Lula da Silva y su esposa, Janja da Silva. Tras sostener una reunión, ambos líderes acordaron elevar el nivel de los lazos bilaterales al de una comunidad de futuro compartido China-Brasil para un mundo más justo y un planeta más sostenible. “Las relaciones entre China y Brasil están en su mejor momento de la historia –manifestó Xi–, lo cual no solo ha mejorado el bienestar de los pueblos de los dos países, sino que también ha defendido los intereses comunes de los países en desarrollo, ha acrecentado la fuerza y la voz del Sur Global, y ha hecho aportaciones sobresalientes a la paz y la estabilidad mundiales”. En el marco de esta elevación de los lazos bilaterales, se informó que China y Brasil acordaron designar 2026 como el Año de la Cultura China-Brasil. Los Gobiernos chino y brasileño firmaron, además, 37 acuerdos en ámbitos como agricultura, comercio, inversiones, infraestructura, desarrollo sostenible, turismo, entre otros. Se anunció, por ejemplo, que ambos países acordaron establecer sinergias entre la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) y las estrategias de desarrollo de Brasil. Al respecto, Lula da Silva detalló que su país viene promoviendo estrategias como el Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento, la Nueva Política Industrial y la Iniciativa de las Rutas para la Integración Sudamericana, las cuales –sostuvo– son sumamente compatibles con la IFR propuesta por China. De hecho, Lula consideró que una mayor sinergia entre las estrategias de desarrollo de China y Brasil contribuirá no solo a la reindustrialización brasileña, sino también a la integración de Sudamérica. En ese sentido, Lula se refirió al megapuerto de Chancay –recientemente inaugurado en Perú– y dijo que Brasil espera utilizarlo a fin de mejorar la conectividad y el nivel de logística de Brasil y de toda Sudamérica con China. Cabe recordar que el 5 de noviembre, el Gobierno brasileño presentó a sus países vecinos un proyecto con cinco rutas sudamericanas de integración y desarrollo, con las que espera reducir el tiempo y el coste del transporte de mercancías hacia Asia, en general, y China, en particular. Las cinco rutas han sido llamadas: Isla Guyana, Multimodal Manta-Manaos, Cuadrante de Rondón, Capricornio y Porto Alegre-Coquimbo. Desde 2009, China se ha mantenido como el mayor socio comercial de Brasil y su principal mercado de exportación. Brasil, por su parte, es el mayor socio comercial de China en América Latina y el Caribe y el principal destino de sus inversiones en dicha región. Según cifras chinas, en 2023, el intercambio comercial entre China y Brasil alcanzó los 181.530 millones de dólares. Más aún, de acuerdo con cifras brasileñas, el año pasado, las exportaciones de dicho país a China totalizaron 104.000 millones de dólares, una cifra que supera incluso la suma de las exportaciones brasileñas a Estados Unidos y la Unión Europea. La visita oficial del presidente Xi a Brasil se cerró con una cena ofrecida la noche del miércoles 20 en el Palacio de Itamaraty, la sede de la Cancillería brasileña. El jefe de Estado chino partió en la mañana del día siguiente, tras una gira que lo llevó a Perú y Brasil y en la que se afianzó la relación con América Latina y el Caribe. |
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