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Defendiendo la paz
2025-09-28    Fuente: Centro para las Américas    Autor: LIANG XIAO

3 de septiembre de 2025. El presidente chino, Xi Jinping, también secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China y presidente de la Comisión Militar Central, pasa revista a las tropas durante el acto conmemorativo por el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial.

Miles de globos son liberados en el acto conmemorativo.

3 de septiembre de 2025. Veteranos de guerra saludan desde la Tribuna de Tian’anmen. Fotos de Xinhua

UN gran desfile militar con motivo del Día de la Victoria se llevó a cabo en Beijing el 3 de septiembre para conmemorar el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial.

Sin embargo, ochenta años después de la victoria, el mundo aún se enfrenta a desafíos formidables. “Hoy, la humanidad se enfrenta nuevamente a la disyuntiva de paz o guerra, diálogo o confrontación, resultados de ganancias compartidas o juego de suma cero”, dijo el presidente Xi Jinping en su discurso antes de pasar revista a las tropas ese día.

El mandatario hizo un llamado a las naciones de todo el mundo a “eliminar las causas profundas de la guerra y evitar que se repitan tragedias históricas”.

Mantener la justicia y salvaguardar la paz se han convertido en imperativos urgentes para la gobernanza global. En ese contexto, el mensaje central transmitido en el marco del desfile del Día de la Victoria fue tanto una declaración para el pueblo chino como para el mundo de que China nunca ha olvidado las lecciones de la historia, atesora la paz arduamente conquistada, y está dispuesta a trabajar con todas las naciones amantes de la paz para salvaguardar la justicia y la estabilidad.

“El pueblo chino se mantendrá firmemente en el lado correcto de la historia y el lado del progreso humano, adherirá al camino del desarrollo pacífico y unirá fuerzas con el resto del mundo para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad”, declaró Xi.

Resistiendo contra la agresión

En el desfile militar del Día de la Victoria celebrado en Beijing hace una década, 300 veteranos de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945) participaron en el desfile en vehículos. Este año, menos de 100 veteranos permanecen con nosotros, con una edad promedio de 99 años. Seis representantes ocuparon sus lugares en la Tribuna de Tian’anmen, uniéndose al presidente Xi y a los líderes de 26 países para presenciar la ceremonia. Junto al presidente Xi, el mandatario ruso Vladimir Putin, el máximo líder de la República Popular Democrática de Corea Kim Jong Un y otras personalidades saludaron sucesivamente a los veteranos, mientras una multitud de 50.000 personas irrumpió en aplausos atronadores, rindiendo homenaje a los héroes en la Plaza de Tian’anmen.

Hace más de 80 años, estos héroes lucharon contra los invasores japoneses, junto con otros valientes pueblos, para salvar a la nación y a su pueblo.

“El pueblo chino hizo una importante contribución a la salvación de la civilización humana y la defensa de la paz mundial con un inmenso sacrificio en la guerra, el cual compone una parte significativa de la Guerra Antifascista Mundial”, resaltó el presidente chino en su discurso durante el acto de conmemoración.

A costa de más de 35 millones de vidas, el pueblo chino logró la victoria final. La guerra de resistencia, ardua y grandiosa, marcó la primera victoria plena de China contra la agresión extranjera en los tiempos modernos.

Las fuerzas dirigidas por el Partido Comunista de China (PCCh) lucharon tenazmente durante la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa. Bajo el liderazgo del PCCh, las fuerzas antijaponesas libraron más de 125.000 batallas, aniquilando a más de 1,7 millones de invasores japoneses y sus tropas colaboracionistas en China, según un editorial publicado recientemente en el Diario del Pueblo. Asimismo, se establecieron 19 bases de apoyo contra la agresión japonesa y se logró liberar a una población de aproximadamente 100 millones de personas. En las etapas finales de la guerra, las fuerzas antijaponesas se enfrentaron a casi el 60% de las fuerzas invasoras japonesas y al 95% de las tropas colaboracionistas.

Promoviendo el desarrollo pacífico

China se ha comprometido decididamente con el desarrollo pacífico y ha contribuido a la paz y al desarrollo mundial.

En las últimas décadas, China ha librado una batalla contra la pobreza y el atraso. Hoy, el país se erige como la segunda economía más grande del mundo y la mayor potencia manufacturera global, manteniendo esta posición líder durante 15 años consecutivos.

En contraste, durante los 14 años de la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, la disparidad en la fortaleza nacional integral entre China y Japón era abrumadora. Según registros históricos, en 1937, cuando Japón lanzó su guerra de agresión a gran escala contra China, su producción industrial anual ascendía a 6000 millones de dólares, en comparación con los 1360 millones de dólares de China. En tanto, el PIB per cápita de China era apenas una veinteava parte del de Japón. Ese mismo año, Japón produjo 5,8 millones de toneladas de acero, mientras China apenas alcanzó las 40.000 toneladas. El gasto militar japonés era aproximadamente 10 veces superior al chino, de tal modo que fabricó 1580 aviones, 744 piezas de artillería pesada y buques de guerra con un desplazamiento combinado de 52.400 toneladas. China, en cambio, carecía casi por completo de industria pesada y sus cifras eran prácticamente nulas.

En el actual contexto de incertidumbre global, China ha surgido como una fuerza estabilizadora clave en pos del desarrollo económico, escribió Song Wei, profesora de la Escuela de Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, en un artículo publicado en el periódico Global Times. Según Song, en los últimos años, China ha contribuido con aproximadamente el 30% del crecimiento global anual, convirtiéndose en el mayor motor de la economía mundial. A pesar de los bruscos cambios en la dinámica global durante el año pasado, la economía china ha demostrado resiliencia y adaptabilidad bajo presión. En el primer semestre de 2025, el PIB de China creció un 5,3% interanual, reafirmando su papel continuo como principal impulsor del crecimiento global.

Desarrollando una fuerza disuasiva

En el desfile, más de 10.000 efectivos militares, junto con más de 100 aviones y cientos de armamentos terrestres, se organizaron en formaciones de acuerdo con un sistema de mando de tiempos de guerra. Tropas de los cuatro servicios (Ejército de Tierra, Armada, Fuerza Aérea y Fuerza de Cohetes) y las cuatro armas (Fuerza Aeroespacial, Fuerza del Ciberespacio, Fuerza de Apoyo Informático y Fuerza de Apoyo Logístico Conjunto) desfilaron por la Plaza de Tian’anmen.

Asimismo, los avanzados armamentos que fueron presentados en esta ocasión incluyeron equipos de inteligencia no tripulados y armamentos para contrarrestar el equipamiento no tripulado, misiles hipersónicos, armas de energía dirigida, sistemas de interferencia electrónica y armamento estratégico capaz de realizar ataques globales.

En una rueda de prensa previa al desfile, Wu Zeke, subdirector de la Oficina del Grupo Dirigente del Desfile Militar y alto oficial del Departamento del Estado Mayor Conjunto de la Comisión Militar Central, explicó que todas las armas y equipos exhibidos correspondían a los principales sistemas de combate producidos domésticamente y en servicio activo, muchos de los cuales fueron exhibidos públicamente por primera vez.

Pese a que dio a conocer su avanzada tecnología militar, China sostiene que el poder militar se construye para disuadir conflictos, no para librarlos. Según El Arte de la Guerra de Sun Tzu, la suprema excelencia en la guerra es someter al enemigo sin luchar. En esencia, postula que una disuasión sólida o el uso limitado de la fuerza pueden contener conflictos y garantizar la paz.

Hoy, el pueblo chino disfruta de una vida pacífica. Un detalle revelador del desfile captó amplia atención: Alobaidi Ameen, periodista de China Arab TV (con sede en Dubái) —un iraquí que ganó popularidad en China por su fluido mandarín— fue visto llorando durante la transmisión en vivo. Según relató, tras haber sufrido dos guerras en la infancia, conoce demasiado bien el valor de la paz y anhela que los pueblos de Medio Oriente gocen de una vida tan pacífica como la china.

No obstante, entre 1840 y 1945, la realidad fue notablemente distinta. Durante más de un siglo, China fue invadida repetidamente por múltiples países, culminando con la agresión japonesa, la cual dejó atrocidades incontables—como la Masacre de Nanjing, donde más de 300.000 vidas fueron brutalmente segadas, y el uso de guerra bacteriológica y química en violación flagrante del derecho internacional. Estos horrores marcaron profundamente la memoria histórica china, y la idea de que su vulnerabilidad radicaba en su atraso quedó fuertemente arraigada en las generaciones posteriores. En esa línea, muchos comprendieron que la forma más segura de preservar la paz era que la nación, amante de la paz, mantuviera una fuerza armada suficiente para disuadir a cualquier potencial agresor.

La paz duradera no se asegura con concesiones infinitas, sino con la fuerza que hace que los agresores potenciales lo piensen dos veces. Una nación pacífica extrae su poder no de atacar, sino de defender y disuadir, que obligan a cualquier provocador a calcular las consecuencias.

China valora la fuerza militar pero no la idolatra; busca fortaleza nacional y militar, pero rechaza la lógica de que el poder inevitablemente conduce a la hegemonía; se opone a guerras injustas, pero no teme las guerras impuestas. El pueblo chino se adhiere a una profunda verdad, que reside en la idea de que la justicia siempre prevalecerá, y que las causas justas cuentan con amplio apoyo, mientras que la injusticia está destinada al fracaso.

El presidente Xi expresó en la recepción por el Día de la Victoria tras el desfile que la fuerza puede dominar el momento, pero la justicia prevalece para siempre. La justicia, la luz y el progreso inevitablemente triunfarán sobre el mal, la oscuridad y la regresión. En todo momento se deben defender los valores comunes de la humanidad, salvaguardar resueltamente la equidad y justicia internacionales, y garantizar que prevalezcan la rectitud y la luz en nuestro mundo.

Desde los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica hasta la visión contemporánea de construir una comunidad de futuro compartido de la humanidad, China—en los más de 70 años desde la fundación de la República Popular— nunca ha iniciado una guerra o conflicto, ni ha ocupado un solo centímetro de tierra extranjera. Sigue siendo el único país que ha dejado plasmado el desarrollo pacífico tanto en su Constitución como en la de su partido gobernante, elevándolo a voluntad nacional—y la única nación comprometida con la política de no uso primero de armas nucleares.

Unidos por la paz

Por otra parte, representantes de pueblos que apoyaron a China durante la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa fueron invitados a presenciar el desfile en persona. En su discurso conmemorativo, Xi expresó gratitud hacia los Gobiernos extranjeros y amigos internacionales que respaldaron a China durante la guerra.

Hoy, China ha ayudado activamente al mantenimiento de la paz global. Es el mayor contribuyente de tropas entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para operaciones de paz de Naciones Unidas. Hasta la fecha, ha enviado a más de 5000 cascos azules y mantiene una fuerza permanente de 8000 efectivos listos para misiones de la ONU. También es el segundo mayor contribuyente al presupuesto de paz de las Naciones Unidas.

El 3 de septiembre, soldados chinos que han participado en operaciones de paz de la ONU hicieron su primera aparición en el desfile.

China se ha adherido firmemente a la defensa de los propósitos y principios de la Carta de la ONU, reflejando el compromiso del país con el resto del mundo: su desarrollo no es una amenaza, sino una fuente creciente de paz, y su fortaleza aportará mayor energía positiva a la causa de la paz y el desarrollo.

Concluido el desfile, 80.000 palomas alzaron el vuelo sobre la Plaza de Tian’anmen—símbolo no solo de la gloria de la victoria, sino de una promesa solemne de paz. 

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