
ESTE libro aborda los juicios a los autores materiales de uno de los eventos contemporáneos más atroces de los que se tenga conocimiento. Por eso, el trabajo publicado es simplemente extraordinario y de gran utilidad, pero no solamente por razones académicas, sino también políticas y humanitarias por su carácter probatorio. La documentación que presenta le otorga más veracidad, y la publicación de las declaraciones de los testigos constituyen documentos de gran valor. A través del libro nos asomamos a las profundidades de la condición humana, interrogándonos y ayudándonos a reflexionar sobre las consecuencias de la acción y la inacción del hombre en tiempos de crisis. De este modo, la obra nos permite considerar cuáles son los caminos para lograr justicia después de las atrocidades, así como examinar lo que sucede cuando una nación fomenta un clima de superioridad, intolerancia y deshumanización.
El aspecto más público de los episodios señala que los japoneses arrasaron la ciudad durante semanas, torturando, violando y asesinando civiles y soldados chinos capturados, en una masacre que costó aproximadamente 300.000 vidas. El delicado trabajo de abordar los juicios posteriores consiste precisamente en probar los episodios para juzgar a los responsables directos, y a ellos se aboca este libro indispensable. Es importante resaltar especialmente el esfuerzo literario de tratar profesionalmente, en base a documentación exhaustiva y en forma rigurosa (que permanentemente se presenta en el libro en sus diferentes secciones), la orgía de violencia desatada por el Ejército Imperial Japonés en Nanjing en 1937.
Los crímenes de guerra cometidos fueron mucho más allá del pillaje, y de la matanza de civiles y de prisioneros de guerra. Hubo concursos de decapitaciones y se trató a las mujeres con tal grado de saña que muchas de ellas fueron sometidas a violaciones en masa, para luego ser asesinadas o convertidas en esclavas sexuales. El libro brinda una excelente oportunidad para acercarnos al infierno: los testimonios de la época dan cuenta de conductas de un extremo sadismo y crueldad en que la deshumanización del enemigo alcanza una dimensión dramática. Cabe señalar que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se creó el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente o los Juicios de Tokio, pero el único crimen de guerra que se trató por separado fue la Masacre de Nanjing. Más aún, desde la rendición japonesa hasta 1947, muchas instituciones, entre ellas el mencionado Tribunal, realizaron serias y profundas investigaciones sobre esta masacre desde diversos ángulos. Esas investigaciones y sus resultados pueden apreciarse en las pruebas testimoniales que se presentan en este libro.
El libro lleva por título Juicios de Nanjing: testimonios y sentencias sobre la Masacre de Nanjing, pero va mucho más allá de lo que su título refiere. La obra hace un esfuerzo excepcional de organización para abordar los juicios. Resulta extremadamente difícil abordar un tema tan delicado y profundo, que toca las fibras íntimas del ser humano en su esencia, y este trabajo lo consigue. Tratar el tema de una masacre perpetrada por un país sobre la población indefensa de otro no es sencillo, porque implica referirse a un acto de crueldad tan atroz que desborda las palabras. Ese es el mérito particular de este libro, al entregar información basada en diversos documentos que le concede un gran valor historiográfico. Presenta también cómo, tras los juicios, los acusados (como Tani Hisao y otros criminales de guerra convictos) fueron condenados a muerte y ejecutados por fusilamiento en la misma ciudad que destruyeron.
Este documento aborda aspectos esenciales de este trágico episodio histórico con un alto grado de precisión, lo que resulta de gran utilidad para los analistas. Permite comprender las consecuencias de los actos de los perpetradores que redujeron la población de Nanjing, ubicada en una de las zonas más desarrolladas del este de China, a poco más de la mitad luego de aproximadamente 40 días de sufrimiento, y que destruyeron un tercio de la ciudad como consecuencia de los incendios provocados, el saqueo generalizado y el robo.
*Gustavo Alejandro Girado es director de la carrera de posgrado de Especialización en Estudios en China Contemporánea y del Centro de Estudios en Investigación Sino-Latinoamericano, ambos en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), de Argentina.